Junior, Ojiclaro, Bumba, Iron, Barbie, Easy, Bolillo, Shakira y Zeus ya están en el santuario Emoya Big Cat en Sudáfrica. Ellos partieron en avión desde Colombia hacia África junto con otros 24 leones. Un vuelo muy especial, poco usual, pero que cumple con todas los requerimientos aeronáuticos.
La operación “Espíritu de Libertad” trajo consigo un nuevo hito histórico para la aviación, cuando 33 leones fueron transportados en avión, lo que marcó la ocasión en que más animales de este tipo han viajado en una aeronave.
Pero para llevar leones a bordo es necesario seguir el manual. Todo está escrito y, a pesar de lo especial y trascendental de la operación, la industria de la aviación sabe cómo manejar estas situaciones.
En el caso de los nueve leones, varias entidades y agencias en Colombia trabajaron en conjunto para concluir con éxito este vuelo. Animal Defenders International ADI, Agencia Nacional de Infraestructura, Instituto Colombiano Agropecuario, Secretaría Distrital de Ambiente de Bogotá, concesionario OPAIN y Taescol; entre otras.
Desde el punto de vista aeronáutico, la coordinación y prestación de servicios especializados en carga por parte de las compañías involucradas significó un ejemplo de cómo la terminal de carga de Bogotá cuenta con lo necesario para mantenerse en el primer lugar de su tipo en Latinoamérica.
A través de OPAIN, concesionario que maneja el aeropuerto El Dorado, la terminal de carga dispuso de todas sus facilidades para el éxito de la operación. Los nueve leones son una parte de la gran cantidad de carga aérea que se moviliza en Bogotá, y que en el 2015 superó las 650.000 toneladas métricas. Además, el desarrollo tecnológico de la infraestructura y la experiencia de las compañías que desarrollan este trabajo ponen una cuota de confianza en cumplir con éxito la operación “Espíritu de Libertad”.
Es así como la compañía Taescol, encargada de ofrecer el servicio de tierra a la aeronave que llevó los leones, cuenta con personal preparado para estas tareas. La regulación internacional y lineamientos de la Asociación de Transporte Aéreo Internacional IATA establecen lo que hay que saber y hacer en estos casos. No es algo nuevo, pero tampoco algo usual.
El personal involucrado en el aeropuerto debe haber realizado un curso para el manejo de animales vivos, uno de tantos niveles de preparación para toda la carga que manejan. A diferencia de los vuelos de pasajeros, en el negocio de carga la variedad de objetos es amplia y, por ende, la necesidad de estar preparados para manejarlos correctamente implica estar al día con los cursos.
Semovientes, pollitos vivos, peces vivos, caballos y, en este caso, leones; todos son animales que requieren de condiciones especiales de seguridad, tanto para ellos, como para tripulantes del avión, personal de tierra y de la aeronave misma.
La entidad encargada de solicitar el transporte, a través de su personal experto, realiza el trabajo de ubicar a los leones en los contenedores que servirán como jaulas temporales durante el traslado. En el aeropuerto, el personal de aviación debe constatar que estos elementos cumplan con todos los requerimientos necesarios para un seguro traslado por avión.
Siguiendo una lista de procedimientos se constata que todo esté en orden: el embalaje, condiciones de los animales, preparación previa, etc. Con todo finalizado, la operación puede continuar y los leones se embarcan en el avión.
Este viaje fue hecho por un McDonnell Douglas MD-11F registrado como y N542KD (serial 48542) de la compañía Western Global Airlines, y operado por LAN, un avión muy común en el área de carga de Bogotá. El proceso de llegada de los animales desde Floridablanca, en el departamento de Santander, hasta la terminal de carga de El Dorado tomó cerca de 12 horas por tierra. Bogotá tenía que ser el sitio desde el cual partieran los leones, ya que el aeropuerto Palonegro de Bucaramanga no cuenta con las condiciones técnicas para recibir aviones del tamaño requerido para la operación.
El éxito en todo el proceso de llegada, embarque, y salida de la aeronave de Bogotá, fue un ejemplo más de la variedad de carga que puede atender el aeropuerto capitalino colombiano. El siguiente destino fue Perú, en donde embarcaron 24 leones más, todos con destino a África.
Otro hito histórico para el aeropuerto de Bogotá y una muestra más de la importancia de su sección de carga, y también un ejemplo de cómo la aviación contribuye de forma importante, y con toda la reglamentación necesaria, para operaciones tan diversas como el viaje de estos leones a una vida mejor.
Foto: Stephane Henry Marcoux – OPAIN
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